Robo de Identidad
El robo de identidad es un delito que consiste en suplantar a una determinada víctima para cometer fraudes, estafas o, incluso, endosarle delitos que no ha cometido.
Hay muchas maneras de conseguir información para suplantar la identidad de otro. En Internet hay lotes enteros de datos a buen precio. Trabajan en equipo.
El robo de identidad puede transformar la vida más sosegada en una pesadilla que siempre va a peor. No es lo habitual, pero tu tarjeta de crédito puede ser fotografiada por un camarero temporal. O pasar por un skimmer (clonador) de tarjetas de crédito instalado en un surtidor de gasolina. Estos aparatos guardan el pin de seguridad.
A partir de ahí, imaginación al poder: invitarás a mariscadas, pagarás compras por Internet y harás feliz a mucha gente. Todo acaba arreglándose. Pero cuesta lo suyo. Te describo algunas modalidades del robo de identidad.
Robo de tus cuentas
Es lo más común del robo de identidad. Un ciber caco consigue entrar en tu correo electrónico, lo averigua todo sobre ti y aprovecharse para sacar un suculento beneficio económico. Las tarjetas de crédito o el acceso a tu banco son lo más buscado.
Si la tarjeta de crédito no está bien protegida, arrasarán en todas las tiendas online que se les ocurra. Con los datos de la seguridad social podrían simular una baja y solicitar el correspondiente subsidio. Si el Estado se da cuenta, irá a por ti, por supuesto.
Clonar tu tarjeta de crédito significa que pueden acudir al primer cajero automático que encuentren y, por ejemplo, hacer transferencias o pagar sus impuestos. ¿Podrían tomar el control total de tu cuenta?
Con el correo electrónico la cosa va a peor. Los estafadores controlan los correos cruzados entre dos empresas (o un ayuntamiento y un proveedor), esperan el momento del pago, solicitan el cambio de la cuenta bancaria para el cobro, y se esfuman con cantidades millonarias. No hay provincia española que se salve de fraudes así.
Cuentas nuevas
Sabiendo lo máximo de la víctima, como bancos, tarjetas de crédito y controlando el correo electrónico, no es nada complicado crear nuevas cuentas. La forma más fácil es contratar un nuevo banco con los datos de la víctima.
El delincuente ingresa dinero, muestra un comportamiento ejemplar y acaba consiguiendo la total confianza del banco. Pronto pide un préstamo que jamás devolverá (o si lo devuelve será para pedir un préstamo aún mayor). Y aprovechará para reventar todas las tarjetas de crédito solicitadas. Quedará endeudado hasta las cejas. Pero eso no le afecta porque toda la responsabilidad cae sobre el pobre pringado, que aún no se ha enterado de la película.
Las consecuencias no acaban aquí: el estafado puede aparecer en los listados de morosos, ver todas sus líneas de crédito congeladas, o incluso acabar con parte del sueldo embargado. Por si fuera poco, es posible que se enfrente a los jueces.
Robo de Identidad Fiscal
A nadie le gusta tener que pagar impuestos. Y menos tener que pasar un buen rato (o pagar aún más para que lo haga un gestor) con la endiablada declaración de Hacienda. Pero hay algo peor: que alguien presente los impuestos por ti y solicite suculentas devoluciones en tu nombre.
Hacer eso no es complicado si antes, mediante malware, se consigue controlar tu ordenador y robar todo lo necesario, como la propia firma digital. En este sentido, debo decirte que copiar el certificado digital de un ordenador es un proceso muy sencillo.
Identidad laboral
Cuando un individuo tiene antecedentes penales o está inscrito en algún listado de morosos, le resulta prácticamente imposible encontrar trabajo. Una solución es hacerse con tu número de la Seguridad Social. De este modo, y a todos los efectos, tú tendrás una nueva nómina y un nuevo trabajo. ¿Quién pagará a Hacienda los impuestos correspondientes? Efectivamente, el nene. Esta situación podría afectar a la hora de recibir subvenciones o a la propia pensión. Pero la cosa se complica aún más si el estafador solicita una baja mientras tú sigues trabajando. Al Estado no le gusta nada que le estafen.
Identidad infantil
Parece una tontería, pero no lo es. Si alguien se hace con los datos de alguno de tus hijos, podría solicitar alguna ayuda o alguna beca que se convertirá en una paga extra para el delincuente. También podrían solicitar nuevos préstamos que no serán devueltos y a los que tendrás que hacer frente. Una vez más, hay que tener mucho cuidado para que nadie sepa ni un ápice de más.
Identidad de los mayores
Suelen ser una víctima fácil. Los mayores, en general, desconocen la tecnología. Y su reacción ante los fraudes es lenta o inexistente. También suelen ser más ingenuos cuando, por ejemplo, dejan pasar a un falso revisor del gas.
Yo mismo fui el triste espectador de un caso muy cercano. De repente, una persona, que ya estaba en la residencia de ancianos, comenzó a pagar facturas de gas de más de 100 €. Le habían cambiado de compañía suministradora sin saberlo. ¿Qué pasó? Lo más seguro es que alguien robara las cartas del buzón.
Por eso, si tienes mayores, controla sus cuentas con frecuencia. Son una presa demasiado fácil para la gente sin escrúpulos.
Robo de Identidad criminal
Esta modalidad consiste en usar la identidad de otro cuando uno es cazado en una falta o un delito. Si a un estafador le llega una multa de tráfico, puede simular que eras tú quien conducía el vehículo en esos momentos. También pueden hacerse con documentación falsa porque puede haber falsificado tu carné de conducir.
Identidad póstuma
¡Ni muerto puede uno estar tranquilo! Eso lo decía mi abuela. Yo, que aún no sé del tema, ni confirmo ni desmiento. Pero el final de la vida de unos puede suponer el comienzo de un suplicio para los que quedan.
Los delincuentes se hacen con la identidad de una persona fallecida recientemente. Seguidamente, es fácil hacerse con el control de las cuentas bancarias o solicitar créditos en su nombre. O vender y comprar cosas. Es evidente que eso afectará a quienes esperaban recibir una herencia respetable porque es posible que reciban enormes deudas en su lugar.
Por eso es imprescindible cerrar todas las cuentas sin perder el tiempo, tenerlo todo en regla e ir varios pasos por delante de los espabilados de turno.
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Bien, esa es la primera parte. Se describe un enorme problema que es más habitual de lo que parece. Más adelante contaré las mejores prácticas para evitar el robo de tu identidad. Pero, para que te hagas una idea, España lidera el ranking en robos de identidad de toda la Unión Europea: más del 7% de los usuarios de Internet han sido víctimas de los ciber estafadores. Y las víctimas tardan, de promedio, más de 5 meses en sospechar lo más mínimo.